
Las letras se juntan en el techo para luego formarse en el papel, las imágenes se vuelven ilusiones tendidas a los pies de nuestro espíritu de niños, las acciones son hacedoras de los sueños que alguna vez se recrearon en la lejana transparencia de la mente insípida y profunda que cada uno tiene.
Esta es una larga travesía en donde hay sonidos para escuchar, letras para componer, historias para imaginar, fantasías para vivir, lágrimas para recordar lo que algún día será olvido, caminos para caminar, vidas para soportar y trucos para sobrevivir.
Es un lugar hechizado en donde la magia eres tú, la inocencia se derrumba y la amargura se vuelve dulce al retorno de las largas horas de espera.
Los poemas y los colores se recrean en un espacio sin igual y los olores nos impregnan de pasión para saborear lo que otro ya tomo por suyo y que ahora es tuyo.
Y a veces en noches tranquilas te imaginas cruzando el espacio, viendo negras sombras, los rayos filtrándose por tu ventana y llega él. Se miran, sonríen mientras esperan que el viento suspire y llore.
06/junio/2004
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